Explorador español que participó en la
conquista de Venezuela. Por la Majestad Real
del rey Felipe II fue nombrado gobernador, capitán general y conquistador de
las provincias de Nueva Andalucía.
Diego Fernández nació en Palos de la Frontera (Huelva) y desde
que era joven se fue a las Américas. Junto con su hermano Ginés pasaron hacia 1524 a Nueva Cádiz de
Cubagua con el oficio de carpinteros de ribera y armadores de embarcaciones,
donde permanecieron durante los años dorados de la isleta, con su riqueza
perlera, y la gran necesidad de embarcaciones. Los dos hermanos lograron tener
prosperidad económica.
Diego acompañó a Diego de Ordás en la
expedición por el Orinoco partiendo de Nueva Granada.
Hasta 1537, a su regreso a Cubagua, fue encargado de
su defensa contra los piratas y durante siete años recorrió el Mar Caribe,
persiguiendo a los corsarios. En 1537 se agudizó la crisis perlera en Nueva
Cádiz, coincidiendo con el descubrimiento de los placeres ostreros en el cabo
de la Vela,
adonde pasaron la mayoría de los habitantes de Cubagua. Sus ansias de viaje y
aventura lo llevaron desde Venezuela hasta Santa Marta. Hacia 1539 pasó a
Quito, donde permaneció unos ocho años junto con su familia. Luego llegó a
Cartagena de Indias en 1564 y más tarde a Panamá.
REGRESO
AL NUEVO MUNDO
Después regresó a nuestro país donde estuvo
dos años, pero acabó volviendo al Nuevo Mundo. En España se casó en 1550 con
una mujer que se llamaba Constanza Alonzo y tuvieron un hijo, Garci, que nació
alrededor de 1545 en Palos de la
Frontera, y una hija, Leonor, que nació en 1551.
En sus constantes viajes, Diego estableció
sólida amistad con don Juan Caballero, hijo y heredero de don Diego Caballero,
uno de los hombres más ricos de las Antillas y del nuevo Reino. Esta relación
le dio gran influencia económica y política. Después, regresó a España para
reclamar la gobernación de Paria que le había ofrecido Ordás. Diego se había
pasado 48 años en América y reclamaba como premio a sus servicios que se le
designase gobernador de la tierra firme en Paria y Cumaná
En Santo Domingo gestionó ante la Audiencia la empresa de
la conquista de Guayana, desde 1544, quien le faculta a esta expedición en 1549
como capitán de la conquista de Guayana. Empresa con fines doradistas, pasó a
Tierra Firme con sus tropas, pero allí recibió órdenes de suspender el
descubrimiento del sur del Orinoco, por carecer de la autorización Real y por
oposición del gobernador de Margarita.
Pasó a Margarita donde fue nombrado alcalde
ordinario y capitán de guerra de Maracapana (en Tierra Firme), emprendiendo con
posterioridad la expedición hacia El Tocuyo.
Tras una lenta marcha de seis meses llegó a
su destino a mediados del año 1552. Participó en la fundación de Nueva Segovia
en 1552, capitaneados por el teniente de gobernador, capitán general Juan de
Villegas. Se presentó en la fundación del pueblo de San Pedro de las Minas de
Buria y contó entre los primeros encomenderos de Barquisimeto aquel mismo año,
entregadas por Villegas a los más destacados capitanes y conquistadores de
dicha jornada. En 1553 participó en la lucha contra la rebelión del Negro
Miguel.
REFUNDACIÓN
DE CUMANÁ
Diego combatió a los indios coyones en Buria. Pasó otra vez a Quito,
donde se residenció. En 1565 marchó de regreso a España y realizó gestiones
ante las Cortes de Madrid, presentando sus méritos y servicios. El 15 de mayo
de 1568, le concedió la capitulación el rey Felipe II de España, siéndole
asignada la extensa provincia de Nueva Andalucía y Paria -territorios actuales
de toda la Guayana
y el Amazonas- para su colonización “por dos vidas” o sea heredable para su
hijo Garci Fernández de Serpa.
Diego debía poblar a su propia expensa, a
cambio de ser nombrado gobernador. La capital de la provincia sería Nueva
Córdoba. Las dificultades que tuvo que vencer para organizar su expedición
fueron muchas, pero al fin, una vez allanados los inconvenientes surgidos, levó
anclas en el mes de agosto de 1569 en Sanlúcar de Barrameda.
La expedición de Diego Fernández de Serpa a
Cumaná fue de las mejores organizadas que desde España fueron enviadas al Nuevo
Mundo. Llegó a Margarita el 4 de octubre de ese mismo año, en los navíos Nuestra Señora del Ángel, San Pedro,
Santiago y San Vicente, más otra
nave que adquirió en las Canarias. La escasa población hispánica, mestizos e
indígenas vecinos de Nueva Córdoba (actual Cumaná) vieron la entrada de la
flota a la bahía y desembocadura del río Cumaná el 13 de octubre de 1569. Este
fenómeno no fue extraño. Como muchas de las nuevas ciudades recién fundadas,
sus pobladores emigraron a otros lugares que eran más seguros o donde tuviesen
más posibilidades de adquirir riquezas. Diego procedió a reconstruir y repoblar
la ciudad.
En ocho días levantó más de un centenar de
casas de paja y palma, trazó las calles y solares, y construyó la plaza
central, la iglesia y la casa del Ayuntamiento. El 24 de noviembre de 1560,
reunidos todos los vecinos en la plaza mayor de la villa, se levantó el acta de
la refundación de Nueva Córdoba, con el nombre de Cumaná. En el ato estuvieron
presentes alrededor de cuarenta vecinos y sus familias. En nombre de su
Majestad Real, Diego nombró por alcaldes ordinarios a Germán López Pedrosa y a
Juan Rangel Sanguino, por regidores a Melchor Núñez, Miguel Sánchez Rendón, a
Juan Domínguez y Álvaro Merchán y como procurador general a Pedro Alonso.
Durante el tiempo que Diego permaneció en
Cumaná procedió a reconocer el territorio bajo su mando, a asignar
responsabilidades regionales y a repartir encomiendas. En Araya dispuso
organizar la explotación y defensa de las salinas, así como su defensa en
previsión de ataques por los piratas holandeses. Comisionó a dos de sus
capitanes para explorar regiones vecinas. Pedro de Ayala recorrió el golfo de
Cariaco con un centenar de hombres, y Francisco de Álava recorrió la región
sur-este que regaba el río Amana, con 74 hombres.
Repoblada Cumaná, organizado el gobierno y la
administración, Diego Fernández de Serpa se aprestó para realizar la
colonización de Guayana, que era su meta. Establecida ya una base militar en
Cumaná, se apoyó en ella para iniciar su entrada a la región de los grandes
ríos y del misterioso El Dorado. Ordenó al capitán Francisco Martínez
establecer otra base militar cerca del río Nevera y allí fundó un pueblo que
denominó Santiago de los Caballeros a comienzos de 1570 con jurisdicción sobre
las provincias de Piritu, Chacopata y Cumanagoto, correspondiente a las zonas
limítrofes de Santa Fe, Guanta y Piritu.
Una vez fundada Santiago de los Caballeros,
Diego se dirigió a ella desde Cumaná acompañado por un español residente en
Margarita llamado Juan de Salas, quien al parecer fue enviado por el gobernador
de la isla con la finalidad de practicar espionaje y hacer fracasar la
expedición. Esto no debe parecer extraño, si se tiene en cuenta que como en
años anteriores Nueva Cádiz de Cubagua, tampoco le interesaba a Margarita el
establecimiento en la costa firme de ciudades con gobierno propio. Lo cierto
fue que Diego, sospechando de Salas, ordenó al capitán Martínez hacerlo preso.
Diego regresó a Cumaná para despedirse de su
esposa Constanza y retornó a Santiago de los Caballeros. En este punto fue
informado de la fuga de Salas, quien se refugió en territorio de los chacopatas. Una parte de la guarnición
desertó, tomando el camino de Unare y otros trataron de huir por mar.
El capitán Diego Fernández de Serpa falleció
el 10 de mayo de 1570 en la ciudad de Cumaná.