ROBERT FALCON SCOTT (1868 – 1912)

(Iª Parte)

Oficial y explorador de la Marina Real Británica, fue quien dirigió dos expediciones a la Antártida: la Expedición Discovery (1901-1904) y la Expedición Terra Nova (1910-1913). Durante su segunda aventura Scott encabezó un grupo de cinco hombres que alcanzó el Polo Sur el 17 de enero de 1912, aunque sólo para descubrir que la expedición noruega de Roald Amundsen se les había adelantado. En su viaje de vuelta, Scott y sus cuatro compañeros perecieron por una combinación de agotamiento, hambre y frío extremo.

Tras conocerse la noticia de su muerte, Scott se convirtió en un icónico héroe británico, un estatus que mantuvo durante más de medio siglo y que quedó reflejado en los numerosos memoriales levantados por todo el país. En las últimas décadas del siglo XX su leyenda fue evaluada de nuevo y la atención se centró en las causas del desastre que terminó con su vida y con la de sus camaradas, así como el grado de culpabilidad del propio Scott. Así, el explorador pasó de leyenda a figura controvertida, cuestionada en su competencia y carácter. En el siglo XXI su figura ha sido considerada, más positivamente y se enfatiza su valentía personal y estoicismo al mismo tiempo que se reconocen sus errores y el fracaso de su expedición se achaca principalmente a la mala fortuna.


PRINCIPIOS DE SU CARRERA NAVAL
Robert Falcon Scott nació el 6 de junio de 1868, tercero de seis hermanos e hijo mayor de John Edward y Ana Scott, en Store Damerel, cerca de Devonport y Plymouth, condado de Devon. Aunque su padre era productor de cerveza y magistrado, había tradición naval y militar en su familia, pues el abuelo de Scott y cuatro de sus tíos habían servido en el ejército o la armada.
John Scott prosperó gracias a la venta de una pequeña cervecería que poseía en Plymouth y que había heredado de su padre. Su infancia fue muy confortable, pero años después, cuando Robert se estaba labrando una carrera en la armada, la familia sufrió graves problemas económicos.
De acuerdo con la tradición familiar, Robert y su hermano pequeño Archibald estaban predestinados a ingresar en las fuerzas armadas. Robert permaneció cuatro años en la escuela local antes de ser enviado a Stubbington House School, en Hampshire, un colegio que preparaba a sus estudiantes para los exámenes de ingreso en el buque escuela HMS Britannia en Dartttmouth. A los 13 años, Robert superó los exámenes y dio comienzo a su carrera naval en 1881 como aspirante.
En julio de 1883 Scott terminó su formación y dejó el Britannia como guardiamarina, séptimo de una clase de veintiséis. En octubre ya estaba en camino a Sudáfrica para embarcar en el HMS Boadicea, buque insignia del Escuadrón del Cabo y primero de los varios barcos en los que serviría durante sus años como guardiamarina. Estando en la isla de San Cristóbal, en el Caribe, a bordo del HMS Rover, se encontró por primera vez con Clements Markham, entonces secretario de la Real Sociedad Geográfica, quien cobraría gran importancia en la carrera posterior de Scott. En aquella ocasión, 1 de marzo de 1887, Markham observó al cúter del guardiamarina Scott ganar la carrera matutina a lo largo de la bahía. Markham tenía la costumbre de hacerse con los servicios de jóvenes oficiales de la marina como Scott con la intención de iniciar en un futuro las exploraciones polares. Quedó impresionado por la inteligencia, entusiasmo y encanto de Scott y tomó nota del guardiamarina de 18 años.
En marzo de 1888, Scott superó los exámenes de alférez de navío con excelentes calificaciones. Su carrera progresaba sin problemas, sirviendo en diferentes buques y ascendiendo a teniente de navío al año siguiente. En 1891, tras un largo tiempo en aguas extranjeras, presentó su candidatura para un curso de entrenamiento torpedero de dos años a bordo del HMS Vernon, un paso importante en su ascenso pues se graduó con excelentes notas tanto en los exámenes prácticos como en los teóricos. En el verano de 1893 ocurrió un pequeño incidente cuando quedó varado un buque torpedero mandado por él, percance que le costó una leve reprimenda.
En 1894, mientras servía como oficial torpedero en el buque HMS Vulcan, Scott tuvo noticia de la mala situación económica de su familia. John Scott, que había vendido la cervecería e invertido de forma imprudente el dinero, se había quedado sin capital y estaba virtualmente en la bancarrota. Con 63 años y una salud precaria, se vio obligado a volver a trabajar como gerente de una cervecería y a trasladar toda su familia a Shepton Mallet, Somerset.
Tres años después. Mientras Robert servía en el HMS Majestic, buque insignia del Escuadrón del Canal, su padre murió de una enfermedad cardiaca y a la familia le sobrevino una nueva desgracia. Ana Scott y sus dos hijas solteras quedaron entonces a expensas del sueldo de Scott y de su hermano Archie, quien había dejado el ejército por un puesto mejor pagado en el servicio colonial. La muerte del propio Archibald en el otoño de 1898, como consecuencia de unas fiebres tifoideas, significó que toda la responsabilidad financiera de la familia recayera sobre Robert.
Los ascensos y el aumento en sus ingresos que estos supondrían, se convirtieron en asunto prioritario para Scott. A principios de junio de 1899, estando de permiso, Scott se encontró casualmente en una calle de Londres con Clements Markham, ya entonces nombrado Sir y presidente de la Real Sociedad Geográfica. También tuvo noticia por primera vez de una inminente expedición a la Antártida bajo el auspicio de la Sociedad, lo que era una oportunidad para asumir un mando y obtener distinción. Se desconoce qué sucedió entre ambos hombres aquel día, pero poco después, el 11 de junio, Scott se presentó en la residencia de Markham y se ofreció voluntario para liderar la expedición.

EXPEDICIÓN DISCOVERY (1901-1904)
La Expedición Antártica Británica, después conocida como Expedición Discovery, fue una empresa conjunta entre la Real Sociedad Geográfica y la Royal Society. Sueño largamente acariciado por Markham, esta necesitó de todas sus habilidades y astucia para llegar a buen puerto, bajo mando naval y en gran parte integrada por personal de la Armada. Scott quizá no fue la primera opción de Markham para liderar la empresa, pero tras decidirse por él su apoyo fue constante. El comité batalló mucho sobre el alcance de las responsabilidades de Scott, pues la Royal Society quería poner a un científico a cargo del programa de la expedición, mientras que Scott sólo mandaría el barco. Sin embargo, se acabó imponiendo la opinión de Markham y Scott recibió todo el mando, para lo que fue ascendido a capitán de fragata (equivalente a teniente coronel) antes de que el Discovery zarpara hacia la Antártida el 31 de julio de 1901.
Hubo muy poco entrenamiento en equipamiento y técnicas antes de que el Discovery se hiciera a la mar. Se llevaron perros y esquís, pero casi nadie sabía como usarlos. Según la opinión de Markham, la profesionalidad se consideraba menos digna que la verdadera aptitud, y posiblemente Scott compartía el mismo punto de vista. En el primero de los dos años enteros que el Discovery pasó en el hielo esta despreocupación fue severamente puesta a prueba, pues la expedición hubo de luchar para afrontar los desafíos de un entorno nada familiar. Así, uno de los primeros intentos por viajar a través del hielo acabó con la muerte de George Vince, que se deslizó por un precipicio el 11 de marzo de 1902.
La expedición tenía objetivos tanto científicos como exploratorios, y éste último incluía un largo viaje en dirección al Polo Sur. Esta marcha realizada por Scott, Ernest Shackleton y Edward Wilson, les llevó a una latitud de 82º 17’S, a unos 850 kilómetros del Polo. En el terrible viaje de vuelta Shackleton sufrió un colapso físico y tuvo que abandonar de forma prematura la expedición. Durante el segundo años se mejoró en equipamiento y logros, lo que culminó en un viaje de Scott hacia el oeste que le permitió descubrir la meseta Antártica, algo que un escritor describió como “uno de los grandes viajes polares”. Los resultados científicos de la expedición incluyeron importantes hallazgos biológicos, zoológicos y geológicos, aunque algunas de las lecturas meteorológicas obtenidas fueron criticadas más tarde como poco profesionales e imprecisas.
Al final de la expedición hubieron de recurrir al apoyo de dos barcos de suministro y el uso de explosivos para liberar al Discovery del hielo. Scott no quedó muy convencido de que los perros y los esquís fueran la clave para realizar viajes eficientes por el hielo, por lo que en los años siguientes, y casi hasta el final de su carrera antártica, continuó expresando la preferencia británica por el arrastre humano. Su insistencia en las formalidades de la Real Armada durante la expedición hizo difíciles las relaciones con el contingente de marinos mercantes, muchos de los cuales volvieron a casa con el primer buque de suministro en marzo de 1903. Al segundo comandante, Albert Armitage, oficial de la marina mercante, se le ofreció la oportunidad de regresar por razones humanitarias, pero interpretó el ofrecimiento como un desaire personal y rehusó. Armitage también promovió la idea de que la decisión de enviar a Shackleton a casa en el barco de suministro se debió más a su mala relación con Scott que a su propio deterioro físico. Aunque tiempo después hubo tensiones entre Scott y Shackleton por el choque de sus ambiciones polares, en público reinó el civismo mutuo entre ambos. Scott se unió a la recepción oficial que se brindó a Shackleton a su regreso de la Expedición Nimrod en 1909 y ambos intercambiaron correspondencia de tono cortés en 1909 y 1910 sobre sus respectivas aspiraciones.

HÉROE POPULAR
El Discovery regresó a Gran Bretaña en septiembre de 1904. La expedición había cautivado la imaginación pública y Scott se convirtió en un héroe popular. Fue galardonado con numerosas medallas y honores, muchos de fuera de su país, y ascendió al rango de capitán de navío (equivalente a coronel). El rey Eduardo VII le invitó al castillo de Balmoral, donde le nombró comendador de la Real Orden Victoriana.
Los siguientes años de Scott fueron muy ajetreados, pues durante más de un año estuvo ocupado en recepciones públicas, conferencias y la redacción del diario de la expedición, The Voyage of the Discovery. En enero de 1906 retomó plenamente su carrera naval, primero como asistente del director de Inteligencia Naval en el Almirantazgo y, en agosto, como capitán de bandera del contralmirante Sir George Egerton a bordo del HMS Victorius. A partir de entonces siempre se movió  en los más altos círculos sociales, pues en un telegrama a Markham en febrero de 1907 se refirió a sus encuentros con la Reina y con el heredero al trono de Portugal, y en una carta a su casa le habló de comidas con el Comandante en jefe de la Flota y con el Príncipe Enrique de Prusia.

DISPUTA CON SHACKLETON
A principios de 1906, Scott había sondeado a la Real Sociedad Geográfica sobre la posible financiación de una futura expedición a la Antártida. Por eso para él fue una noticia inoportuna cuando Ernest Shackleton anunció sus planes de viajar a la vieja base Discovery en el estrecho de McMurdo, desde donde intentaría alcanzar el Polo Sur. Scott afirmó, en una de sus varias cartas a Shackleton, que el área de McMurdo era su propio campo de trabajo porque tenía derechos de precedencia hasta que decidiera renunciar a ellos y que, por lo tanto, Shackleton debería trabajar en un área totalmente distinta. En esto fue apoyado por el que fuera zoólogo de la expedición Discovery Edward Wilson, quien afirmó que los derechos de Scott se extendían a todo el sector del mar de Ross, algo que Shackleton se negó a aceptar. Finalmente, y para concluir la disputa, Shackleton acordó en una carta a Scott el 17 de mayo de 1907, trabajar al oeste del meridiano 170º O y así evitar toda el área familiar del entorno de la base Discovery. Sin embargo, fue incapaz de mantener esta promesa porque no encontró buenos lugares alternativos de desembarco. Basó su expedición en el cabo Royds del estrecho McMurdo, y el incumplimiento del acuerdo provocó una profunda brecha en la relación de Scott con Shackleton.
Ingresado en la Sociedad Eduardiana, conoció por primera vez a Kathleen Bruce a comienzos de 1904 en una comida privada. Ella era escultora, una mujer cosmopolita que había estudiado con Auguste Rodin y cuyo círculo incluía a Isadora Duncan, Pablo Picasso y Aleister Crowley. Su primer encuentro con Scott fue breve, pero cuando se volvieron a ver más tarde ese mismo año, la atracción mutua fue evidente. Siguió un noviazgo tormentoso, pues Scott no era su único pretendiente, sino que su principal rival era el novelista Gilbert Cannan, y sus largas estancias en el mar no ayudaban a la relación. Sin embargo, la persistencia de Scott obtuvo sus frutos y el 2 de septiembre de 1908 contrajeron matrimonio en la Capilla Real del palacio de Hampton Court. Su único hijo, Peter Markham Scott, nació el 14 de septiembre de 1909.
Por aquel entonces Scott ya había anunciado los planes para su segunda expedición antártica. Shackleton había regresado sin poder alcanzar el Polo Sur, algo que le dio mayor ímpetu a Scott. El 29 de de marzo de 1909 fue nombrado asistente naval del Segundo Lord del Mar en el Almirantazgo, con lo que se estableció cómodamente en Londres. En diciembre quedó exento de medio sueldo para tomar el mando a tiempo completo de la Expedición Antártica de 1910, que sería conocida como Expedición Terra Nova por el nombre de su barco el Terra Nova.
                                                     Continuará