Fue uno de los más
destacados navegantes y exploradores portugueses del siglo XV, especialmente
recordado por sus viajes de descubrimiento en la costa occidental africana
entre 1482 y 1486.
Al servicio de Juan II
de Portugal, fue el primer europeo conocido en avistar y penetrar en el río
Congo, explorando la costa entre el cabo de Santa Catalina y el cabo
Cross, casi desde el Ecuador hasta la
bahía de Walvis, en la actual costa de Namibia.
Personaje del que no se
conocen con certeza algunos datos biográficos, se sabe que nació en Vila Real,
siendo hijo ilegítimo de un hidalgo directamente relacionado con la Casa Real.
Poco se sabe sobre sus
primeros años, Siendo hijo de militar, entró en la Marina a la edad de catorce
años, llegando al grado de capitán en las postrimerías de su vida y siendo
encargado de garantizar la seguridad de las factorías portuguesas en aguas
africanas.
Sabido fue que llegó a
casarse y que tuvo hasta cuatro hijos: Pedro, Manuel, André Afonso e Isabel.
PRIMER VIAJE (1482-1483)
Cuando el rey Juan II de
Portugal reavivó la obra emprendida por Enrique el Navegante, envió a Diogo
Câo, alrededor de mediados del verano de 1482, para reconocer la costa africana
aún más allá de la línea del Ecuador. En aquel viaje, Câo descubrió la boca y
el estuario del río Congo, y dejó constancia de ello erigiendo un padrâo o pilar de piedra (que aún
existe, pero sólo en fragmentos), erigido en punta Shark, en el que consta la
soberanía de Portugal sobre el gran río.
Con Diogo Câo, los
famosos padrâos de piedra
sustituyeron a las antiguas cruces de madera que usaron los portugueses para
atestiguar su presencia en las zonas descubiertas.
Câo también remontó
aguas arriba su curso durante un corto tramo e inició el contacto con los nativos
del reino del Congo, denominado por aquel entonces Manicongo o Bakongo, con el
objeto de lograr el vasallaje de su rey, Nzinga Nkuwu.
Câo siguió costeando
hacia el sur a lo largo de la costa actual de Angola (África Occidental
Portuguesa), y erigió un segundo padrâo,
probablemente en el lugar en que terminó el viaje, en el cabo de Santa María
(el monte Negro de esos primeros visitantes, a los 13º S).
Consta de forma
fehaciente que estaba de regreso en Lisboa a principios de abril de 1484,
acompañado por cuatro indígenas del reino del Congo. Fue precisamente entonces
cuando Juan II le ennobleció nombrándole cavaleiro
(caballero) de su casa, y al mismo tiempo concediéndole una renta vitalicia
y un escudo de armas.
Durante el viaje de
regreso descubrió la isla de Annobón.
SEGUNDO VIAJE (1484-1486)
Que Câo, en su segundo
viaje de 1484-1486 estuviera acompañado por Martin Behaim (como se alega en el
globo de Nuremberg de 1492), resulta muy
dudosos, pero se sabe que el navegante volvió a visitar el Congo y erigió dos padrâos más allá del más lejano erigido
en el viaje anterior.
El primero en otro monte
Negro, y el segundo en cabo Cross, que muy probablemente marcara el final en su
progreso hacia el sur, avanzando unos 1.400 kilómetros. También remontó en este
viaje el río Congo, que él consideraba como la vía de acceso hacia el reino del
Preste Juan, hasta llegar a los alrededores de Matadi. Allí, en octubre o
noviembre de 1485, cerca de las cataratas de Ielala, dejó su inscripción
grabada en la piedra que daba testimonio de su paso y el de sus hombres: “Aquí chegaram os navíos do esclarecido rei
D. Joâo II e Portugal, Diogo Câo, Pero Anes i Pero da Costa”.
No se sabe a ciencia
cierta si Câo murió en esta exploración o llegó a volver a Portugal en algún
momento de 1488, llevados por Bartolomeu Días, que se convertiría en el sucesor
de Câo en las exploraciones africanas.
De acuerdo a una
autoridad (una leyenda en el mapa de 1489 de Henricus Martellus Germanus),
Diogo Câo murió en el cabo Cross (Namibia en la actualidad), pero Joâo de
Barros y otros escribieron de su regreso al Congo, y posteriormente tomando
parte en un envío de nativos a Portugal.
Los cuatro padrâos erigidos por Diogo Câo en sus
dos viajes, fueron descubiertos todos in
situ y las inscripciones en dos de ellos, el del cabo de Santa María y el
del Cabo Cross, datados en 1482 y 1485, respectivamente, todavía no han podido
ser leídas y han sido impresas. El padrâo
del Cabo Cross se encuentra ahora en Kiel (reemplazado en el terreno por una
reproducción de granito). Los padrâos
del estuario del Congo y del monte Negro se encuentran en el Museo de la
Sociedad Geográfica de Lisboa.