
En
1814 marchó a Canadá donde fue ascendido a teniente, siéndole otorgado el mando
de un cañonero en los lagos canadienses. En 1817, cuando se disolvió la
flotilla regresó a Gran Bretaña, pasó a la reserva. Tres años después se
trasladó a Edimburgo, donde conoció a Walter Oudney, quien le interesó por los
viajes africanos.
PRIMERA EXPEDICIÓN A ÁFRICA
El
regreso del teniente G.F.Lyon de su infructuoso viaje entre Trípoli y Bornu, el
gobierno británico había decidido organizar una segunda expedición a la región.
Walter Oudney fue nombrado por Lord Bathurst, entonces secretario colonial,
para marchar a Bornu como cónsul, acompañado de Hugh Clapperton y Dixon Denham.
A
comienzo de 1822 partieron desde Trípoli en dirección sur hacia Murzuk, donde
visitaron el oasis de Ghat. Alcanzaron Kuka, en Bornu, el 17 de febrero de 1823
y fueron los primeros exploradores europeos que llegaron hasta el lago Chad.
Permanecieron en el país hasta el 14 de diciembre, partiendo posteriormente
para explorar el curso del río Níger.

SEGUNDO VIAJE AFRICANO
Tras
su retorno a Gran Bretaña fue ascendido a comandante y enviado a otra
expedición a África, después de que el sultán Bello de Sokoto hubiera abierto
sus fronteras.
Clapperton
desembarcó en la ensenada de Benin y empezó la travesía al Níger el 7 de
diciembre de 1825 con su criado Richard Lemon Lander, el capitán Pearce y el
doctor Morrison, cirujano de la marina y naturalista. Antes de pasar un mes,
Pearce y Morrison habían muerto por fiebres.
Clapperton
continuó su viaje, atravesando el territorio yoruba y cruzó el Níger en enero de 1826 en Bussa, donde Mungo Park
había muerto veinte años antes.
Luego
marchó a Sokoto pretendiendo llegar a Bornu. Sin embargo, el sultán le detuvo y
Clapperton termino enfermando de disentería y muriendo cerca de Sokoto.

Richard
Lemion Lander, que trajo consigo el diario de viajes de su maestro, terminó
publicando Crónica de la última
expedición del Capitán Clapperton a África, contando las subsecuentes
aventuras del autor (Londres 1830).