Explorador
y naturalista escocés, conocido por sus expediciones al río Níger, en África,
donde encontró la muerte.
Nació
el 10 de septiembre de 1771 en Selkirkshire (Escocia), en una granja que su
padre tenía alquilada al duque de Buccleuch. Sus progenitores pudieron
proporcionarle una buena educación. En octubre de 1788, comenzó sus estudios de
medicina y botánica en la universidad de Edimburgo.
Durante
su periodo universitario, dedicó un curso especialmente al estudio de Historia
Natural, con el naturalista John Walker. Una vez completados todos sus
estudios, recorrió durante un verano las colinas escocesas, recogiendo flora
con su cuñado James Dickson, botánico que había comenzado su carrera como
jardinero y comerciante de semillas en Londres, y que en 1788 fundó junto a Sir
Joseph Banks la Sociedad Linneana de Londres.
En
1793, Mungo Park completó su educación médica, pasando los exámenes orales en
el Colegio de Cirujanos de Londres.
Una
vez concluidos sus estudios y a través de una recomendación de Joseph Banks,
obtuvo el puesto de cirujano asistente a bordo del barco East Indiaman Worcester. Navegó hasta Benkulen en Sumatra (febrero
de 1793). A su regreso, describió ocho nuevas especies de peces de Indonesia y
presentó nuevas plantas a Banks, quien reconoció su extenso trabajo.
PRIMERA EXPEDICIÓN AL RÍO NÍGER
Apasionado
por los viajes, en 1794 se ofreció como voluntario a la African Asociation, que por
aquel entonces buscaba un sucesor para Daniel Houghton, quien había sido enviado
en 1790 para descubrir el curso del río Níger y resultó muerto en el desierto
del Sahara. En aquella época, de la misma manera que el Nilo en África Oriental,
el principal enigma geográfico del África Occidental era el curso del Níger. Un
río que, debido a su relieve, nace a cientos de kilómetros de la costa, pero realiza
una vuelta de 4.000
kilómetros por el interior, antes de alcanzar el golfo
de Guinea.
Los
geógrafos europeos sólo sabían de este gran río lo que habían escrito Plinio,
Idrisi y León el Africano, y éste último había desorientado los conocimientos
sobre el río, afirmando que el Níger fluía hacia el oeste. Las hipótesis más
fantasiosas chocaban entre ellas.
Mungo
Park, seleccionado por la Sociedad Africana, propuso
reemprender las exploraciones de Houghton y partió el 22 de mayo de 1795 hacia
Gambia. Un mes más tarde alcanzó la desembocadura del río Gambia y remontó el
río 200 millas
hasta el puesto comercial de Pisania (actual Karantaba). Allí aprendió el
dialecto mandinga gracias al médico
del puesto y empezó su periplo por las tierras desconocidas del interior a
finales de 1795, acompañado por dos guías locales. Atravesó el lecho del río
Senegal, visitó Maullé, Bondou y Carta. Desde este punto las guerras tribales
de la zona hacían que la única ruta posible fuera hacia el norte, llegando al
reino musulmán de Ludamar, al borde del desierto del Sahara. Allí fue
encarcelado por el monarca durante cuatro meses, siendo tratado como esclavo y
desposeído de todo cuanto llevaba, excepto su brújula. El 1 de julio de 1796
consiguió escapar al desierto. Sin provisiones y con solo el agua de lluvia
para beber, estuvo tres días vagando hasta alcanzar el territorio fulani, donde fue ayudado por los
indígenas. Desde allí logró alcanzar el río Níger a su paso por la ciudad de
Segou, donde pudo confirmar la información que había recibido a lo largo de su
viaje de que el Níger fluía hacia el este.
Remontó
110 kilómetros
del río hasta llegar a Silla, pero sintiéndose agotado y enfermo, decidió
volver a Segou. Informado por los nativos, se enteró de que la ciudad había
caído en manos de Ali, su antiguo carcelero, por lo que volvió a huir,
dirigiéndose a la ciudad de Kamalia. Había empezado la estación de las lluvias
y el viaje se hizo más penoso. Llegó agotado a Kamalia, donde se debatió varios
días entre la vida y la muerte, pero salvando su vida gracias a un mercader de
esclavos en cuya casa fue acogido durante los siguientes siete meses. Ya
recuperado, se unió a una caravana de esclavos que perseguía la costa, donde
embarcó en el primer barco disponible que lo llevó hasta la isla de Antigua en
América, desde donde posteriormente regresó a Inglaterra.
Seis
meses después de su partida, de vuelta ya en el Reino Unido, publicó el relato
de su viaje Travels in the Interior
Districts of África (Viajes las regiones interiores de África), que
constituyó un gran éxito debido a su interés.
SEGUNDO VIAJE Y TRÁGICO FINAL
En
1803, a
petición de su gobierno, aceptó dirigir un nuevo viaje al río Níger. Organizó
una expedición numerosa, con gran cantidad de mercancías y protegida por
treinta y cinco soldados ingleses. Aquello fue una estrategia equivocada ya
que, precisamente, lo que le había permitido sobrevivir en su primer viaje fue
el hecho de marchar en solitario, sin que su presencia constituyera ninguna
amenaza para los habitantes de las regiones por las que debía atravesar.
El
30 de enero de 1805 partió del puerto inglés de Portsmouth hacia la isla
atlántica de Gorea, y desde allí se dirigió a Bamako, actual capital de Mali,
enclavada en el río Níger. A partir de esta ciudad descendió en canoa por el
río hasta Segou, que constituía el punto más avanzado donde había llegado en su
primera expedición. Hasta ese momento, la expedición ya constituía un completo
fracaso, pues las enfermedades y las emboscadas de los indígenas habían
diezmado el grupo y sólo quedaban cuatro europeos.
A
pesar de las múltiples dificultades y con la ayuda del único soldado disponible,
Mungo Park construyó una pequeña embarcación a partir de las piraguas
utilizadas hasta entonces. El 19 de noviembre se dispusieron a avanzar hacia
una parte desconocida del río, remontaron unos 1.600 kilómetros
por el Níger, antes de ser atacados con flechas y lanzas por los hausas. Se retiró hacia el río, donde
acabó ahogándose junto con sus compañeros en Busa (Nigeria). Un guía y
porteador, el único superviviente, informó a las autoridades de su trágico
final.