CHARLES ROBERT DARWIN (1809 – 1882)




LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES
Cuando el Beagle regresó el 2 de octubre de 1836, Darwin se había convertido en una celebridad en los círculos científicos, ya que con anterioridad su amigo y profesor John Stevens Henslow había promovido la reputación de su anterior discípulo distribuyendo entre naturalistas seleccionados un panfleto con sus comunicaciones sobre geología. Darwin fue a visitar su casa en Shrewbury y se encontró con sus parientes, apresurándose de inmediato a Cambridge para ver a Henslow, quien le recomendó buscar naturalistas disponibles para catalogar las colecciones, y acordó encargarse de los especímenes botánicos.
El padre de Darwin organizó las inversiones que permitieron a su hijo ser un caballero científico sustentado por sus propios ingresos, y le animó a hacer una gira por las instituciones de Londres para asistir a recepciones en su honor y buscar de ese modo expertos para describir las colecciones. Los zoólogos tenían ante sí un enorme trabajo acumulado, y había peligro de que los especímenes quedaran abandonados en almacenes.
Entretanto, la salud de Darwin también se había alterado; hacia el final del viaje se mareaba con más facilidad que en sus comienzos y en el otoño de 1834 había estado enfermo durante un mes. Se especuló también con la posibilidad de que contrajera una infección como consecuencia de la picadura de un insecto.
De todas formas, Darwin vivió tras su llegada los meses más activos de su vida, pese a las pérdidas de tiempo que le supuso sentirse ocasionalmente indispuesto. Trabajó en la redacción de su diario de viaje (publicado en 1839) y en la elaboración de dos textos que presentaran sus observaciones geológicas y zoológicas. Instalado en Londres desde marzo de 1837, se dedicó a “hacer un poco de sociedad”, actuando como secretario honorario de la Geological Society y realizando diferentes contactos. En julio de ese mismo año empezó a escribir su primer cuaderno de notas sobre sus nuevos puntos de vista acerca de la “transmutación de las especies”, que se le fueron imponiendo al reflexionar sobre sus propias observaciones en torno a la clasificación, las afinidades y los instintos de los animales, y también como consecuencia de un estudio exhaustivo de cuantas informaciones pudo recoger relativas a las transformaciones experimentadas por especies de plantas y animales domésticos debido a la intervención de criadores y horticultores.
Sus investigaciones pronto le convencieron de que la selección era la clave del éxito humano en la obtención de mejoras útiles en las razas de plantas y animales. La posibilidad de que esa misma selección actuara sobre los organismos que vivían en un estado natural se le hizo patente cuando en octubre de 1838 leyó el ensayo de Malthus sobre la población, dispuesto como se hallaba, por sus prolongadas observaciones sobre los hábitos de animales y plantas, a percibir la presencia universal de la lucha por la existencia, se le ocurrió al instante que, en esas circunstancias, las variaciones favorables tenderían a conservarse, mientras que las desfavorables desaparecerían, con el resultado de la formación de nuevas especies. Darwin estimó que, al fin había conseguido una teoría con la que trabajar; sin embargo, preocupado por evitar los prejuicios, decidió abstenerse por un tiempo de escribir siquiera el más sucinto esbozo de las mismas.
En junio de 1842 se permitió el placer privado de un resumen muy breve -35 páginas escritas a lápiz-, que amplió hasta 230 páginas en el verano de 1844.
Por aquel entonces, Darwin ya había contraído matrimonio con su prima Emma Wedgwood, residiendo en Londres hasta septiembre de 1842, cuando la familia se instaló en Down, en el condado de Kent, buscando un género de vida que se adecuase mejor a los frecuentes periodos de enfermedad que, a partir del regreso de su viaje, le afligían constantemente.
Cuando nació su primer hijo, Darwin inició con él una serie de observaciones que se prolongaron a lo largo de los años, sobre la expresión de las emociones en el hombre y en los animales. El matrimonio tuvo diez hijos, seis varones y cuatro mujeres, todos ellos nacidos entre 1839 y 1856, de los que dos niñas y un niño murieron en la infancia.
Durante su estancia en Down, Darwin completó la redacción de sus trabajos sobre temas geológicos y se ocupó también de una nueva edición de su diario de viaje. De 1846 a 1854 estuvo ocupado en la redacción de sus monografías sobre los cirrípodos, por los que se había interesado durante su estancia en las costas de Chile al hallar ejemplares de un tipo que planteaba problemas de clasificación. Esos años sirvieron para convertirle en un verdadero naturalista según las exigencias de su época, añadiendo al aprendizaje práctico adquirido durante el viaje la formación teórica necesaria para abordar el problema de las relaciones entre la historia natural y la taxonomía. Además, sus estudios sobre los percebes le reportaron una sólida reputación entre los especialistas, siendo premiados en noviembre de 1853 por la Royal Society, de la que Darwin era miembro desde 1839.
A comienzos de 1856 hizo un completo desarrollo de sus ideas acerca de la evolución de las especies. Emprendió entonces la redacción de una obra que, aun estando concebida a una escala tres o cuatro veces superior de la que luego había de ser la del texto efectivamente publicado, representaba, en su opinión, un mero resumen del material recogido al respecto.

LOS ÚLTIMOS AÑOS DE DARWIN
A pesar de los repetidos brotes de su enfermedad, Darwin continuó infatigable en su trabajo durante sus últimos años. Habiendo publicado El origen de las especies como un resumen de su teoría, continuó desarrollando líneas de investigación que allí sólo habían sido esbozadas y que incluyeron objetos tan dispares como la evolución humana, diversos aspectos de la adaptación de las plantas o la belleza decorativa en la vida salvaje.
En 1861, sus investigaciones sobre la polinización por insectos sobre las orquídeas salvajes en los que investigó la adaptación de sus flores al síndrome floral y al aseguramiento de la heterosis.
Darwin alteraba frecuentemente sus trabajos a consecuencia de los periodos en los que debía permanecer en cama. La habitación en la que guardaba reposo se encontraba repleta de ingeniosos experimentos para trazar los movimientos de las plantas trepadoras, y no dejó de recibir las visitas de ilustres naturalistas.
La primera parte del gran libro planeado por Darwin y titulado Variación de las plantas y los animales en estado doméstico, creció hasta convertirse en dos enormes volúmenes, obligándole a dejar de lado otros objetos de estudio como la evolución humana y la selección sexual. La obra se publicó en 1868 y a pesar de su extensión tuvo una gran acogida.
El siguiente reto de Darwin tuvo por objeto la evolución humana. Con su obra El origen del hombre y la selección en relación al sexo, publicado en 1871, Darwin ofreció múltiples evidencias que situaban al ser humano como una especie más del reino animal, mostrando la continuidad entre características físicas y mentales. Asimismo, expuso la teoría de la selección sexual como una explicación de determinadas características no adaptativas, como el plumaje de la cola del pavo real, así como la evolución cultural y las diferencias sexuales, raciales y culturales, al mismo tiempo que enfatizaba la pertenencia de todos los humanos a una misma especie. Su investigación fue ampliada en su siguiente libro: La expresión de las emociones en el hombre y los animales (1872), una de las primeras publicaciones acompañada de fotografías impresas, que discutía la continuidad de la psicología humana con la conducta animal. Ambos libros fueron enormemente populares y el mismo Darwin se declaró sorprendido de que “todo el mundo hablase de ello sin demostrar sorpresa alguna”.
Sus experimentos e investigaciones sobre la evolución culminaron en sus trabajos sobre el movimiento de plantas trepadoras y carnívoras, los efectos de la heterosis y la auto fertilización vegetal, diferentes formas de flores en una misma especie de planta, y El poder del movimiento de las plantas.
En su último libro, Darwin investigó el efecto de la presencia de lombrices en la formación del suelo.
A finales de 1881 comenzó a padecer graves problemas cardíacos y falleció a causa de un ataque al corazón el 19 de abril de 1882.
Esperaba ser enterrado en el patio de la iglesia de St. Mary, en Down, pero por petición de sus colegas, el presidente de la Royal Society, William Spottiswoode, convino un funeral de Estado en la abadía de Westminster, donde fue enterrado junto a John Herschel e Isaac Newton. Sólo cinco personas que no pertenecieran a la realiza tuvieron el honor de recibir un funeral semejante durante el siglo XIX.
Charles Robert Darwin fue el naturalista que postuló que todas las especies de seres vivos han evolucionado con el tiempo a partir de un antepasado común mediante un proceso denominado selección natural. La evolución fue aceptada como un hecho por la comunidad científica y por buena parte del público en vida del propio Darwin, mientras que su teoría de la evolución mediante la selección natural no fue considerada como la explicación primaria del proceso evolutivo hasta los años 1930. Actualmente constituye la base de la síntesis evolutiva moderna. Con sus modificaciones, los descubrimientos científicos de Darwin aún siguen siendo el acta fundacional de la biología como ciencia, puesto que constituyen una explicación lógica que unifica las observaciones sobre la diversidad de la vida.