JUAN DE LA COSA (1460 - 1510)




Navegante y cartógrafo español conocido por haber participado en siete de los primeros viajes a América y por haber dibujado el mapa más antiguo conservado en el que aparece reflejado el continente americano.
No se sabe con exactitud donde nació Juan De la Cosa, pero la hipótesis más aceptada es que fue en Santoña (Cantabria), ya que se conservan documentos que muestran fue vecino de esa ciudad y que su mujer e hija residieron en la misma.
Tampoco se conoce con exactitud su fecha de nacimiento, ni se tienen datos de su niñez y adolescencia. Se supone que de joven debió tomar parte en navegaciones por el mar Cantábrico y, posteriormente, en dirección a las islas Canarias y al África occidental.
Las primeras referencias sólidas provienen de 1488, cuando se encontraba en Portugal. Por aquel entonces, acababa de llegar el navegante Bartolomeu Dias a Lisboa, tras haber alcanzado el cabo de Buena Esperanza. Los Reyes Católicos habrían enviado a De la Cosa a esa ciudad en calidad de espía en busca de información y detalles de dicho descubrimiento, logrando volver a Castilla antes de que los oficiales portugueses lo capturaran.
Al inicio de la década de 1490, De la Cosa se encontraba establecido en el Puerto de Santa María (Cádiz) y poseía una nao llamada Marigalante o Gallega. Se cree que por motivos de negocios tuvo relaciones con los hermanos Pinzón.

VIAJES CON COLÓN A LAS INDIAS
En 1492 participó en el primer viaje de Cristóbal Colón a las Indias a bordo de su nao, que según los cronistas posteriores fue rebautizada como Santa María para la ocasión. Ejercía el cargo de maestre, siendo Colón el capitán.
La embarcación naufragó la noche del 24 al 25 de diciembre del mismo año frente a las costas haitianas. En el diario escrito por Bartolomé de las Casas, supuestamente a partir de las notas de Colón, se acusaba personalmente a De la Cosa por el incidente, diciendo que ocurrió bajo su guardia y que además huyó en vez de prestar socorro al barco.
Sin embargo, en 1494 De la Cosa recibió una compensación económica de parte de los Reyes por el hundimiento de su nao en el primer viaje. Se le otorgaba derecho a transportar “doscientos cahíces de trigo” desde Andalucía hasta Vizcaya eximiéndole de pagar ciertas tasas. Este documento, que habla del marino en términos elogiosos (“buenos servicios que nos habedes fecho”) hace pensar a los historiadores que en realidad Juan De la Cosa no tuvo culpa de la pérdida de su barco, contrariamente a lo que llegó a afirmar en su diario Bartolomé de las Casas.
Juan De la Cosa también participó en el segundo viaje de Colón (1493-1496) y se cree que debió ser uno de los cartógrafos de la expedición. Sin embargo, según una nómina de pagos fechada en 1497, De la Cosa se había enrolado como simple marinero en la nao Colina cobrando mil maravedíes al mes.
Se sabe también que Juan De la Cosa tomó parte en la exploración de la costa de Cuba ya que fue uno de los firmantes del juramento en el que Colón obligó a sus tripulantes a declarar que Cuba no era una isla. En este documento, fechado en junio de 1494, De la Cosa figura como marinero de la carabela Niña, si bien pudo ser también uno de los “maestros de cartas de marear” mencionados en el texto.
Algunos documentos del segundo viaje de Colón mencionaban a un marino llamado Juan Vizcaino, al cual algunos historiadores habían confundido con Juan De la Cosa. El hallazgo de la nómina de pagos de 1497 demostró que en realidad en esta expedición tomaron parte no una sino dos personas llamadas Juan Vizcaino y además Juan De la Cosa, por lo que se trataba finalmente de tres personas diferentes.
La mayoría de los historiadores opinan que Juan De la Cosa no participó en el tercer viaje de Colón a las Indias (1498-1500). Sin embargo, Bartolomé de las Casas escribió que De la Cosa “por entonces era el mejor piloto que por aquellos mares había por haber andado en todos los viajes que había hecho el almirante”, por tanto, le incluiría el tercer viaje. También se conserva la declaración de un testigo de los llamados Pleitos Colombinos que afirmaba haber visto a De la Cosa junto a Colón cuando se descubrió Paria, lo cual normalmente se supone ocurrió durante el tercer viaje. Por ello el historiador Jesús Varela Marcos cree que De la Cosa sí que participó en el tercer viaje de Colón a América y debió regresar a Europa antes que el almirante.

EXPEDICIÓN DE OJEDA
En 1499, la Corona decidió poner fin al monopolio que tenía Colón sobre las navegaciones a las Indias y abrió el negocio a otros navegantes y empresarios. Esto dio lugar a la realización de una serie de expediciones que los historiadores han denominado “Viajes menores, viajes de reconocimiento y rescate” o también “Viajes andaluces”, ya que todos se organizaron y partieron desde Andalucía y los que participaron en ellos residían mayoritariamente en esa región de España.
Juan De la Cosa participó como piloto mayor y cartógrafo en el primero de estos viajes, el capitaneado por Alonso de Ojeda (que también había estado en el segundo viaje de Colón). La expedición partió de Cádiz el 18 de mayo de 1499 con rumbo al cabo Aguer y de allí a la Gomera. Sólo veinticinco días después se encontraban frente a la desembocadura del río Orinoco. Recorrieron minuciosamente la costa sudamericana hacia occidente, llegando a la península de Coquibacoa y el cabo de la Vela (en la actual Colombia). En aquella ocasión, Juan De la Cosa fue herido por una flecha indígena.
Más tarde navegaron a la isla La Española a pesar de que se les había prohibido. No se sabe con exactitud cuando retornaron a España, habiéndose barajado la fecha de noviembre de 1499 o abril-mayo de 1500. Este viaje no obtuvo apenas beneficios económicos, pero De la Cosa pudo cartografiar con detalle la costa de la región explorada, la cual reflejaría pronto en sus mapas.

EL FAMOSO MAPAMUNDI
Tras su regreso a Cádiz, De la Cosa elaboró para los Reyes Católicos un mapamundi que es el mapa más antiguo conservado en el que aparece el continente americano. Está pintado sobre dos pieles de pergamino unidas en forma de rectángulo irregular de 96 centímetros de ancho y 183 centímetros de largo. En el extremo occidental del mapa aparece una efigie de San Cristóbal, probable alusión a Colón, situado a poniente de las Antillas y sobre una inscripción que dice. “Juan De la Cosa la fizo en el puerto de S: mà en año de 1500”.
Dicho mapa refleja los resultados de los descubrimientos realizados en América durante el siglo XV; con información procedente de los viajes realizados por Colón (viajes de 1492, 1493 y 1498), Alonso de Ojeda, Vicente Yáñez Pinzón, Juan Caboto, Pedro Álvares Cabral y diversos exploradores portugueses que recorrieron África, como Bartolomeu Dias y Vasco da Gama.
De la Cosa sugirió que las tierras descubiertas en el norte y el sur de América podían estar unidas formando un solo continente, aunque con la efigie superior hizo un truco para permitir la posibilidad de que existiera un paso marítimo entre ambas en Centroamérica, cosa que Colón creía. Cuba aparece ya identificada como una isla, en contra de la opinión de Colón. En general las Antillas aparecen de manera completa y en América del Sur se muestra la costa desde el cabo de la Vela hasta el cabo de San Agustín, mostrando parte del Brasil. Por el contrario, en América del Norte no se muestran la península de Florida, el golfo de México ni la península de Yucatán, quedando la América central tapada por la efigie del santo.
El contorno de las costas de África aparece dibujado por primera vez de manera correcta, gracias a los últimos viajes de exploración realizados por los portugueses. Las regiones de Europa y el Mediterráneo aparecen bien detalladas, mientras que amplias zonas de Asia se muestran vacías e imprecisas.
El mapa está decorado con rosas de los vientos, banderas, barcos, ciudades, reyes, personajes de la Biblia y figuras mitológicas. Se representan algunos ríos y la mayoría de los topónimos están escritos en castellano antiguo.

EXPEDICIÓN DE BASTIDAS
Hacia finales de 1500, el notario sevillano Rodrigo de Bastidas había obtenido una licencia regia para explorar el Nuevo Mundo, así que consultó con De la Cosa sobre qué ruta tomar. Finalmente Bastidas decidió nombrarlo piloto mayor de la expedición. Otro miembro de la tripulación que se haría famoso más tarde fue Vasco Núñez de Balboa.
Partieron de Cádiz en octubre de 1500 con dos barcos y recorrieron el litoral caribeño desde el cabo de la Vela hacia el oeste. Descubrieron la desembocadura de un gran río al que llamaron Magdalena y casi naufragaron en las Bocas de Ceniza. Se adentraron después en el golfo de Urabá y llegaron hasta el actual Puerto Escribanos, en Panamá. Obtuvieron cantidades importantes de oro, pero el mal estado de las embarcaciones les obligó a dirigirse a La Española, donde fueron arrestados por el gobernador Francisco de Bobadilla.
De la Cosa y Bastidas regresaron a España a finales de 1502.
La reina Isabel, mediante cédula real fechada el 3 de abril de 1503 nombró a De la Cosa como Aguacil mayor de Urabá como parte de su recompensa por los servicios prestados en el viaje con Bastidas y adicionalmente fue nombrado oficial asalariado en la recién creada Casa de la Contratación. Por su parte, Bastidas fue absuelto de todos los cargos de los que le había acusado el gobernador Bobadilla.

OTROS VIAJES Y MISIONES ESPECIALES
En 1503, De la Cosa fue a Lisboa, a la corte del rey Manuel I de Portugal, con una misión diplomática o de espionaje. Según la documentación oficial, le fueron entregados diez ducados de oro para “yr a Portogal a se ynformar e saber secretamente del viaje que los portogueses hizieron a las Yndias con quatro navios…”. Sin embargo, De la Cosa fue capturado rápidamente y poco después regresó a la corte castellana en Segovia. Allí le entregó a la Reina “dos cartas de marear de las Yndias”, que no se han conservado.
Al año siguiente, De la Cosa logró efectuar su primer viaje de descubrimiento bajo su propio mando como capitán general y piloto, gracias a una capitulación de la Corona para descubrir y vigilar las costas de Tierra Firme. Con cuatro naves armadas recorrió las costas entre la isla Margarita y el golfo de Urabá, donde consiguió un cuantioso rescate (palabra que designaba tanto el beneficio comercial como el llamado botín de guerra). En Cartagena de Indias encontró y socorrió al mercader sevillano Cristóbal Guerra y sus hombres, con quienes tuvo grandes disensiones. Sufrieron penalidades en Urabá y Jamaica, hasta que De la Cosa los condujo a todos a La Española, donde permaneció dos años. Tras su regreso a la península Ibérica en 1506, recibió un premio de 50.000 maravedíes como recompensa por su labor.
En 1507, la Casa de Contratación lo nombró para dirigir una pequeña flota de barcos que vigilarían las costas entre Cádiz y el cabo de San Vicente, que era lugar habitual de reunión de piratas.
Poco después inició una nueva travesía oceánica desde el Puerto de Santa María, regresando al año siguiente. Por este viaje recibió 100.000 maravedíes. Se ha escrito que Bastidas pudo haber participado también en esta expedición.
En marzo de 1508 participó en la llamada -Junta de Burgos- a petición del regente Fernando el Católico junto a Vicente Yáñez Pinzón, Juan Díaz de Solís y Américo Vespucio, que eran los mejores navegantes con los que contaba la Corona de Castilla por aquel entonces, para discutir entre otros asuntos del proyecto de una expedición para encontrar un paso marítimo a Asia a través o alrededor de las tierras descubiertas en el oeste. En esa misma Junta representó a Alonso de Ojeda en el concurso por la gobernación de Tierra Firme en dos gobernaciones: Veragua al oeste del golfo de Urabá y gobernada por Nicuesa; y Nueva Andalucía al este, gobernada por Ojeda.
También aquel año se le confirmó a De la Cosa el cargo de Alguacil Mayor de Urabá otorgado cinco años antes, pero esta vez de manera hereditaria.

ÚLTIMO VIAJE Y MUERTE EN TURBACO
De la Cosa viajó nuevamente a La Española para participar en un viaje al mando de Alonso de Ojeda, quien acababa de ser nombrado gobernador de Nueva Andalucía. Recibió de la Corona el cargo de teniente gobernador y una importante ayuda económica ya que iba a instalarse allí junto a su familia. La expedición partió de Santo Domingo el 10 de noviembre de 1509 con tres embarcaciones y unos trescientos hombres, entre ellos un soldado llamado Francisco Pizarro.
De la Cosa resolvió la disputa entre los dos nuevos gobernadores (Ojeda y Nicuesa) sobre qué lugar exacto del golfo de Urabá sería el límite de sus respectivas gobernaciones, señalando el río Atrato como la frontera entre Veragua y Nueva Andalucía.
Al llegar a Nueva Andalucía en diciembre, Ojeda decidió desembarcar en la bahía de Calamar, desoyendo los consejos de Juan De la Cosa que recomendaba que no se perturbara a los indios de la zona donde estaban, ya que eran indígenas que utilizaban flechas envenenadas. El cántabro proponía dirigirse a las orillas del golfo de Urabá, donde vivían indios menos belicosos a los cuales ya había conocido cuico años antes, pero finalmente acató la orden de Ojeda.
Poco después, los expedicionarios se vieron envueltos en un combate con indígenas que se saldó con victoria española, lo que incitó a Ojeda a adentrarse en la selva, persiguiendo a los indígenas en su huída hasta el poblado de Turbaco. Al llegar a aquel lugar, Ojeda, De la Cosa y los demás hombres fueron sorprendidos por los nativos, quienes lanzaron una lluvia de flechas envenenadas. Juan De la Cosa cayó muerto, así como la mayoría de sus hombres, pero Alonso de Ojeda pudo huir. Era el 28 de febrero de 1510.
Al volver Ojeda a la bahía de Calamar se encontró con la expedición de su rival Nicuesa. Enterados del hecho ocurrido en Turbaco, los castellanos dejaron de lado sus diferencias y los hombres de ambas expediciones se vengaron, destruyendo todo el poblado y matando a casi todos sus habitantes.
Algunas crónicas afirmaron que cuando hallaron el cadáver de Juan De la Cosa parecía un erizo lleno de flechas; otros aseguraron por el contrario que el cuerpo había sido devorado por los indios.
La viuda de Juan De la Cosa recibió 45.00 maravedíes y todos los indígenas que tenía en posesión el navegante como indemnización por los servicios prestados. Se desconoce cual fue el destino de su hijo, el cual debería teóricamente haber heredado el cargo de Alguacil Mayor de Urabá.

SU LEGADO
El mapamundi de Juan De la Cosa es una de las obras más importantes de la cartografía de finales del siglo XV e inicios del siglo XVI. Fue redescubierto en 1832 por el barón de Walckenaer, ministro plenipotenciario de Holanda en París, quien lo compró a un precio muy barato. A la muerte del barón en 1853, se subastó el mapamundi y el gobierno español, aconsejado por Ramón de la Sagra, lo adquirió por 4.321 francos. Desde entonces está expuesto en el Museo Naval de Madrid.
Numerosos eruditos han realizado reproducciones y análisis de diversas zonas del mapa de Juan De la Cosa. Las primeras fueron las de Alexander von Humboldt en su Atlas géographique et physique des régions équinoxiales du Nouveau Continent de 1834, Ramón de la Sagra en 1837 en la Historia física política y natural de la isla de Cuba y el vizconde de Santárem en 1842 con su Atlas de la Edad Media.
Se sabe que De la Cosa debió realizar otros mapas importantes, pero nunca se han encontrado. En particular consta que en 1503 se le abonaron siete ducados por dos “cartas de marear” que ofreció a la Reina Isabel.
Por otra parte, es posible que el bachiller Martín Fernández de Enciso aprovechara sus relaciones amistosas con De la Cosa para incorporar parte de sus conocimientos cartográficos en su obra: Suma de geografía que trata de todas las partes y provincias del mundo; en especial de las Indias, impresa en Sevilla en 1519.
El cántabro Juan De la Cosa siempre será reconocido como navegante, pero también como un experto cartógrafo, y merced a sus trabajos se pudieron orientar muchas de las expediciones al Nuevo Mundo en las siguientes generaciones.