Nacido el 19 de marzo de 1821 en Torquay (Reino Unido), Richard Francis Burton fue cónsul británico, escritor, traductor y orientalista, y se hizo famoso por sus exploraciones en Asia y África, así como por su extraordinario conocimiento de lenguas y culturas. En su época se llegó a comentar que hablaba hasta veintinueve lenguas europeas, asiáticas y africanas.
Su padre, el capitán Joseph Netterville Burton, fue un oficial del ejército británico de origen irlandés y su madre, Martha Baker, una heredera de una familia acomodada de Hertfordshire. Tuvo dos hermanos, Maria Catherine, Elizabeth y Edward Joseph.
Toda la familia viajó bastante durante su infancia. En 1825 se mudaron a Tours (Francia) y posteriormente vivieron en Inglaterra e Italia. La primera educación de Burton la recibió de varios tutores contratados por sus padres. Desde muy joven demostró una gran facilidad para los idiomas y aprendió rápidamente francés, italiano y latín. Incluso se rumoreó que tuvo una aventura con una joven gitana (romaní), llegando a aprender su idioma. Esto quizá podría explicar por qué fue capaz de aprender más tarde el hindi y otras lenguas indostánicas con una gran rapidez.
Las idas y venidas de su juventud pudieron haber inducido a Burton a considerarse a sí mismo como un extranjero durante buena parte de su vida. Como él mismo decía: “Haz lo que tu hombría te empuje a hacer, no esperes aprobación excepto de ti mismo”.
Entró en el Trinity College de Oxford, en el otoño de 1840. A pesar de su inteligencia y de su habilidad, muy pronto se distanció de sus profesores y compañeros. Continuó satisfaciendo su amor por las lenguas estudiando árabe. También dedicó algún tiempo a aprender cetrería y esgrima. En 1842 participó en una carrera de caballos campo a través (steeplechase),(en deliberada violación de las normas de la universidad y a continuación se atrevió a proponer a las autoridades académicas que se permitiera a los estudiantes acudir a tales eventos. Esperando ser suspendido, o lo que era igual, expulsado con la posibilidad de ser readmitido, como había sucedido con otros estudiantes menos provocativos que habían asistido a la cacería, Burton fue definitivamente expulsado del Trinity College. En un desprecio final al entorno que había aprendido a despreciar, se dice que arruinó los parterres de flores del colegio con su carruaje cuando abandonó Oxford.
SU CARRERA MILITAR
Burton se alistó en el ejército de la Compañía de las Indias Orientales . Tenía la esperanza de participar en la primera guerra afgana, pero el conflicto había terminado antes de que llegara a la India.
Durante su estancia se convirtió en fluido hablante de hindi, gujarati y marati así como de persa y árabe. El interés de Burton y su participación activa en las culturas y religiones de la India fue considerada peculiar por algunos de sus camaradas militares que lo acusaron de volverse casi nativo y le calificaron como “el negro blanco”. También se ganó el apodo de “Dick el rufián” por su ferocidad demoníaca como luchador.
Fue designado para participar en la cartografía del Sind donde aprendió el uso de los instrumentos de medición, conocimiento que le resultaría útil después en su carrera de explorador. En esa época empezó a viajar ataviado con diferentes vestiduras, adoptó el nombre de Mirza Abdullah y a menudo consiguió pasar desapercibido entre los nativos y sus compañeros oficiales que lo confundían con uno de aquellos. Fue a partir de entonces cuando empezó a trabajar como agente para Napier .
En 1849 regresó a Europa de baja por enfermedad. Al año siguiente escribió su primer libro “Goa y las montañas azules”, una guía de las regiones de Goa y la estación balnearia de Ooty, donde esperaba recuperarse de una enfermedad contraída durante su estancia en Baroda. Viajó a Boulogne para visitar la escuela de esgrima y fue allí donde se encontró por primera vez con la que después se convertiría en su esposa Isabel Arundell, una joven católica de buena familia.
VIAJE A LA MECA Y PRIMERAS EXPLORACIONES
Movido por su deseo de aventuras, Burton consiguió la aprobación de la Real Sociedad Geográfica para una exploración del área y a la vez consiguió la autorización del Consejo de Administración de la Compañía Británica de las Indias Orientales para un permiso indefinido del ejército. El tiempo que pasó en el Sind le preparó bien para su peregrinación a La Meca y, en este caso Medina, y los siete años en la India le habían familiarizado con las costumbres y el comportamiento de los musulmanes. Fue este viaje, iniciado en 1853 el que hizo famoso a Burton. Lo había planeado cuando viajaba disfrazado entre los musulmanes de Sind y se había preparado minuciosamente para la tarea con estudio y práctica (incluyendo el hacerse circuncidar para reducir más el riesgo de ser descubierto).
Aunque no fue el primer europeo no musulmán que realizó el viaje a La Meca (tal honor se debe a Ludovico de Verthema en 1503), su peregrinaje resultó el más famoso y mejor documentado de su época.
En marzo de 1854 fue transferido al departamento político de la Compañía de las Indias Orientales. En septiembre de ese mismo año se encontró por primera vez con el capitán (entonces teniente) John Hanning Speke, quien lo acompañaría en su exploración más famosa. Su siguiente viaje le llevó a explorar el interior del país somalí, dado que las autoridades británicas querían proteger el comercio por el Mar Rojo. Burton emprendió la primera parte de su viaje en solitario. Hizo una expedición a Harar, la capital somalí, en la que no había entrado ningún europeo (de hecho había una profecía que decía que la ciudad entraría en decadencia si un cristiano era admitido en su interior). La expedición duró cuatro meses. Burton no sólo llegó a Harar sino que fue presentado al Emir y permaneció diez días en la ciudad. La vuelta estuvo plagada de problemas por falta de suministros y Burton escribió que habría muerto de sed si no llega a ver pájaros del desierto y se da cuenta de que indicaban la cercanía de agua.
Después de esta aventura salió de nuevo acompañado, esta vez por el teniente Speke, G. E. Herne y William Stroyan, así como un cierto número de porteadores. Sin embargo, al principio de la expedición, la partida fue atacada por un grupo de una tribu de somalíes rebeldes. En la lucha, Stroyan resultó muerto y Speke fue capturado y herido en diferentes partes del cuerpo antes de conseguir escapar. Burton resultó ensartado con una jabalina cuya punta le entró por una mejilla y le asomó por la otra. La herida le dejó para el resto de su vida una notable cicatriz. Se vio obligado a escapar con el arma traspasándole la cabeza. Sin embargo, el fracaso de la expedición fue visto con severidad por las autoridades y se ordenó una investigación que duraría dos años para determinar hasta qué punto era Burton culpable del desastre. Aunque fue ampliamente exonerado de ninguna culpa, esto no le ayudó en su carrera.
En 1855 Burton se reincorporó al ejército y se desplazó a Crimea esperando participar en el servicio activo en la Guerra de aquel. Sirvió en la plana mayor de Beatson's Horse, un cuerpo de guerreros locales bajo el mando del general Beatson, en los Dardanelos. El cuerpo fue desbandado a continuación de un motín, después de que rehusaran cumplir órdenes y el nombre de Burton fue mencionado (en detrimento suyo) durante la investigación que siguió.
EXPLORACIÓN DE LOS LAGOS DE ÁFRICA CENTRAL
En 1856 la Real Sociedad Geográfica financió otra expedición en la que Burton salió de Zanzíbar para explorar un “mar interior” que se sabía que existía. Su misión era estudiar las tribus locales y averiguar qué tipo de exportaciones se podían realizar desde esa región. Se esperaba que la expedición pudiera llevar al descubrimiento de las fuentes del Nilo, aunque ese no era el objetivo explícito. Se le había dicho a Burton que sólo un ignorante diría que la expedición buscaba encontrar las fuentes del Nilo, porque en tal caso finalizar la expedición sin encontrarlas se consideraría un fracaso pese a cualquier otro descubrimiento.
Ante de partir para África, Burton propuso matrimonio a Isabel Arundell y ambos quedaron comprometidos en secreto. La familia de ella nunca hubiera aceptado el matrimonio puesto que Burton no era católico y tampoco rico.
Speke le acompañó de nuevo y el 27 de junio de 1857 salieron de la costa oriental de África en dirección oeste en busca de los lagos. Fueron ayudados por un experimentado guía local que estaba familiarizado con algunas de las costumbres y lenguajes de la región. Desde el comienzo, el viaje hacia el interior estuvo plagado de problemas tales como la recluta de porteadores de confianza y el robo de materiales y suministros por parte de los desertores de la expedición. Ambos exploradores fueron víctimas de enfermedades tropicales durante el viaje: Speke estuvo cegado durante parte del viaje y además sordo debido a una infección causada al intentar extraer un escarabajo de su oído. Burton fue incapaz de andar durante parte del viaje y tuvo que ser llevado por los porteadores.
La expedición llegó al lago Tanganyka en febrero de 1858. Burton quedó asombrado por la vista del inmenso lago, pero Speke, que seguía temporalmente ciego fue incapaz de ver sus aguas. Llegados a este punto, buena parte de su equipo de topografía se había perdido, estropeado o sido robado y fueron incapaces de completar la topometría del área tan bien como hubieran deseado. Burton cayó enfermo de nuevo en el viaje de vuelta y Speke continuó explorando sin él, haciendo un viaje al norte y finalmente localizando el gran lago Victoria, o Victoria Nyanza. La falta de suministros e instrumentos adecuados le impidió topografiar la zona, pero en su fuero interno quedó convencido de que el lago era la tan largamente buscada fuente del Nilo.
Tanto Burton como Speke quedaron en un penoso estado de salud después de su expedición y regresaron a casa por separado. Como era habitual en él, Burton realizó detalladas anotaciones, no sólo de la geografía, sino también de los lenguajes, costumbres y hábitos sexuales de las gentes que se encontró. Aunque fue la última de las grandes expediciones de Burton, sus notas geográficas y culturales fueron de gran valor para subsiguientes expediciones de Speke y James Augustus Grant, Sir Samuel Baker, David Livinstone, y Henry Morton Stanley.
La exploración de Burton y Speke a los lagos Tanganyka y Victoria fue indiscutiblemente su más celebrada exploración, pero lo que siguió resultó una amarga y prolongada disputa pública entre los dos hombres que dañó gravemente la reputación de Burton. A juzgar por algunas cartas que se han conservado, parece ser que a Speke no le gustaba Burton y desconfiaba de él incluso antes del inicio de su segunda expedición.
Hubo varias razones por las que se distanciaron. Parece obvio que ambos eran de muy diferente personalidad, siendo Speke más acorde a la moral victoriana de la época. Esto fue sin duda motivo de rivalidad profesional. Algunos biógrafos sugirieron que ciertos amigos de Speke (especialmente Lawrence Oliphant) sembraron cizaña entre ellos. También parece que Speke estaba dolido con el papel de líder de la expedición de Burton y reclamó que ese liderazgo era sólo nominal y que Burton fue prácticamente un inválido durante la segunda parte de la expedición. También hubo problemas con las deudas contraídas por la expedición, las cuales quedaron impagadas cuando abandonaron África. Speke siempre proclamó que Burton era el único responsable de esas deudas. Por último, estaba el asunto de las fuentes del Nilo, tal vez el mayor premio para un explorador de la época. Se supo con posterioridad que el lago Victoria es una fuente, pero en esa época era un tema controvertido. La expedición de Speke hasta aquel punto se llevó a cabo sin Burton (que estaba incapacitado por varias enfermedades en ese momento) y su topografía de la zona fue, por necesidad, rudimentaria y dejando el asunto sin resolver. Burton (y de hecho muchos exploradores eminentes como Livingstone) fueron escépticos acerca de que el lago fuera la verdadera fuente del Nilo.
Después de la expedición, ambos viajaron a Inglaterra por separado. Speke llegó primero a Londres. A pesar de un acuerdo entre ellos por el que realizarían juntos su primer discurso público, Speke se adelantó a dar una conferencia en la Real Sociedad Geográfica en la que proclamó que su descubrimiento, el lago Victoria, era la fuente del Nilo. Cuando Burton llegó a Londres se encontró con que Speke era celebrado como un héroe y sintió que su papel quedaba reducido al del compañero enfermo. Más aún, Speke incluso estaba organizando otras expediciones a la región y desde luego no planeaba llevarle.
En los meses que siguieron, Speke intentó constantemente dañar la reputación de Burton, llegando al extremo de proclamar que había intentado envenenarlo durante la expedición. Entretanto, Burton argumentaba contra la declaración de Speke acerca de haber descubierto las fuentes del Nilo, asegurando que las evidencias no eran concluyentes y que las mediciones de Speke resultaban imprecisas. Es notable reseñar que en la expedición de Speke con Grant, aquel hizo firmar a este una declaración diciendo entre otras cosas: “Renuncio a todos mis derechos a publicar... mi propia narración de la expedición hasta que sea aprobada por el capitán Speke o la Real Sociedad Geográfica”.
La expedición de Speke y Grant (1863) empezó de nuevo en la costa oriental, cerca de Zanzíbar, y fue alrededor del lado occidental del lago Victoria hasta el lago Alberto regresando por el Nilo. Sin embargo, de manera crucial, perdieron la pista del curso del río entre el lago Victoria y el lago Alberto. Esto dejó insatisfechos a Burton y a otros acerca de que las fuentes del Nilo hubieran sido identificadas de forma concluyente.
El 16 de septiembre de 1864, Burton y Speke tenían previsto debatir el asunto de las fuentes del Nilo frente a la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia , en la reunión anual de la asociación en Bath.
Burton estaba considerado mejor orador y estudioso y seguramente saldría ganador de tal debate. Sin embargo, el día anterior, Speke murió en un sospechoso accidente de caza. No hubo testigos directos del disparo de escopeta y se especuló ampliamente acerca de que se hubiera podido suicidar. Burton estaba en el salón de debates para dar su disertación cuando llegaron las noticias de la muerte de Speke y, considerablemente consternado, decidió no dar su discurso.
En sus últimos años inició su carrera diplomática que le llevó a ser cónsul en Fernando Po, Damasco y Trieste, donde falleció de un ataque al corazón en 1890.