Conocido
como “el Adelantado”, fundó las ciudades de Cebú (1565) y Manila (1571, siendo
almirante y gobernador español del siglo XVI, amén de primer gobernador de la
Capitanía General de las Filipinas.
Nacido
en Zumárraga (Guipúzcoa) en el seno de una familia de la nobleza guipuzcoana
con el título de hidalgo. Fue el segundo hijo de Juan Martínez y López de
Legazp y Elvira de Gurruchategui. Su casa natal, denominada Jauregi Haundía (el Palacio grande),
pero mucho más conocida como Miguel López
de Legazpi dorretxea (Casa-Torre Legazpi) se conserva en Zumárraga.
Su
padre luchó en Italia y Navarra con las tropas de la corona de Castilla-
Realizó estudios de letrado y eso le valió para ocupar el cargo de concejal en
el ayuntamiento de Zumárraga en 1526, y al año siguiente el de escribano en la
Alcaldía Mayor de Arería (Guipúzcoa), que ocupó a la muerte de su padre y en la
que fue confirmado por el rey en abril de 1527. El virrey de México, Luis de
Velasco, lo define en una de sus cartas como hijo-hidalgo notorio de la casa de Lezcano.
VIAJE A MÉXICO
En
1545 se trasladó a México, donde vivió durante veinte años. Ocupó diversos
cargos en la administración de la colonia de Nueva España; fue Escribano Mayor
en 1551 y Alcalde Mayor de la ciudad de México en 1559, 38 años después de su
conquista. Con anterioridad había trabajado en la Casa de la Moneda en puestos
de responsabilidad.
Se
casó con Isabel Garcés, hermana del obispo de Tiaxcala, Julián Garcés, y de
dicha unión nacieron nueve hijos (cuatro varones y cinco mujeres). En 36 años
de estancia en Nueva España (1528 a 1564) reunió una importante fortuna.
La
casa de Legazpi en la capital azteca fue una de las principales y a ella
acudían muchos recién llegados de España para solicitar ayuda y consejo. Su
hijo Melchor define de esta manera la casa de su padre en una carta dirigida al
rey:
“Muchos hidalgos y caballeros pobres
que iban de estos reinos iban sin conocerle a su casa por la antigua costumbre
que de siempre en ella hubo y porque a las personas tales siempre en ella se
les dio de comer y vestir y lo necesario. Lo cual ha sido cosa muy notoria y
sabida en todo aquel reino…”
Las
expediciones anteriores no habían logrado realizar la ruta de vuelta por el
Gran Golfo, que era como se llamaba entonces al Pacifico hasta México. Felipe
II determinó que había que explorar la ruta desde México a las islas Molucas y
encargó la expedición de dos naves a Luis de Velasco, segundo virrey de Nueva
España, y al fraile agustino Andrés de Urdaneta, que era familiar de López de
Legazpi, que ya había viajado por aquellos mares. La carta en la que el rey
pidió a Urdaneta que se sumara a la expedición decía así:
“El rey: Devoto Padre fray Andrés de
Urdaneta, de la orden de San Agustín. Yo he sido informado que vos siendo
seglar fuisteis en la Armada de Loaysa y pasásteis al estrecho de Magallanes y
a la Espacería, donde estuvisteis ocho años en nuestro servicio. Y porque ahora
Nos hemos encargado a Don Luis de Velasco, nuestro Virrey de esa Nueva España,
que envíe dos navíos al descubrimiento de las islas del Poniente, hacia los
Malucos, y les ordene los que han de hacer conforme a la instrucción que es le
ha enviado, y porque según de mucha noticia que diz que tenéis de las cosas de
aquella tierra y entender como entendéis bien, la navegación della y ser buen
cosmógrafo, sería de gran efecto que vos fuesedes en dichos navíos, así para
toca la dicha navegación como para servicio de Dios Nuestro Señor y y nuestro.
Yo vos ruego y encargo que vais en dichos navíos y hagáis lo que por el dicho
Virrey os fuere ordenado, que además del servicio que haréis a Nuestro Señor yo
seré muy servido y mandaré tener en cuenta con ello para que recibáis merced en
hobiere lugar.
Valladolid a 24 de Septiembre de 1559 años.
Y, el Rey”
Las
Filipinas que habían sido descubiertas en el viaje primero alrededor del mundo
que realizaron Magallanes y Elcano, caían dentro de la demarcación portuguesa,
según el Tratado de Tordesillas de 1494, pero aun así Felipe II quería rescatar
a los supervivientes de la expedición anterior de Villalobos (1542-1544), que
fue quien bautizó al archipiélago con el nombre de Filipinas en honor al
entonces príncipe Felipe y luego sería el rey Felipe II.
Velasco
hizo los preparativos en 1564 y López de Legazpi, ya viudo, fue puesto al mando
de dicha expedición a propuesta de Urdaneta, siendo nombrado por el rey como
Almirante General y Gobernador de todas las tierras que conquistase, aun cuando
no era marino. La expedición la componían cinco embarcaciones y Urdaneta
participaba en ella como piloto. Legazpi vendió todos los bienes, a excepción
de la casa de México, para hacer frente a la expedición, que sufrió retrasos
debido a la atracción que la Florida empezó a tener entre los colonos
mexicanos. Enroló en la expedición a su nieto Felipe de Salcedo, así como a
Martín de Goiti, en calidad de capitán de artillería.
El
1 de septiembre de 1564, el presidente y oidores de la Real Audiencia de México
dieron a Legazpi el documento donde se especificaban las instrucciones y
órdenes que llevaba la expedición. El extenso documento, que ocupaba más de 24
páginas, detallaba todo un código de normas de control, comportamiento y
organización, así como la recomendación de dar buen trato se bendijeran la bandera y los estandartes.a
los naturales, que llegaba hasta a indicar cómo se debían repartir las raciones
y evitar que existieran bocas inútiles.
Con
las cinco naves y unos 350 hombres, la expedición que encabezaba López de
Legazpi partió del puerto de Barra de Navidad, Jalisco, el 21 de noviembre de
1564, después de que el 19 de noviembre.
DE LA ISLA DE GUAM A FILIPINAS
La
expedición atravesó el Pacífico en 93 días y pasó por el archipiélago de las
Marianas. El 22 de enero desembarcaron en la isla de Guam, conocida por Isla de
los Ladrones, que identificaron por el tipo de velamen de las embarcaciones y
canoas que vieron.
Compraron
alimentos a los nativos y tomó posesión de la isla para la Corona española. El
5 de febrero salieron rumbo hacia las llamadas Islas de Poniente, las
Filipinas. El día 15 tocaron tierra en la isla de Samar, en donde el Alférez
Mayor, Andrés de Ibarra, tomó posesión de la misma previo acuerdo con el
dirigente local. El 20 del mismo mes se hicieron de nuevo a la mar y llegaron a
la isla de Leite, donde Legazpi levantó el acta de rigor de toma de posesión,
aún con la hostilidad de sus habitantes. El 5 de marzo llegaron al puerto de
Carvallán.
La
escasez de alimentos impulsó la búsqueda de nuevas bases, para lo que fueron
extendiendo los dominios españoles sobre las diferentes islas, llegando a
dominar gran parte del archipiélago, a excepción de Mindanao y las islas de
Sulú. Esta expansión se realizó con relativa facilidad al estar los diferentes
pueblos que ocupaban las islas enfrentados los unos con los otros, y al
establecer Legazpi relaciones amistosas con algunos de ellos, por ejemplo, con
los nativos de Bohol mediante la firma de un “pacto de sangre” con el jefe
Sikatuna. Los abusos que en el pasado habían cometido los navegantes portugueses
en algunos untos del archipiélago motivaron que algunos pueblos opusieran a
Legazpi una fuerte resistencia.
En
una reunión decidieron establecer un campamento para pasar el invierno en la
isla de Cebú, que estaba muy habitada y tenía mucha provisión de alimentos, a
la que llegaron de nuevo el 27 de abril.
Sus
ansias de paz toparon con los recelos del gobernador local, el Rajá Tupas, que
era hijo del que años antes había liquidado a treinta hombres de la expedición
de Magallanes en un banquete que resultó ser una encerrona. Legazpi intentó
negociar un acuerdo de paz, pero Tupas mandó a una fuerza de 2.500 hombres
contra las naves de los españoles. Después de la batalla, Legazpi volvió a
intentar un acuerdo de establecimiento pacífico y de nuevo fue rechazado.
Las
tropas españolas desembarcaron en tres bateles al mando de Goiti y Juan de la
Isla, y los nativos dispararon sus cañones contra el poblado, destruyendo
algunas casas y haciendo huir a los habitantes. Los españoles, que tenían una
necesidad imperiosa de abastecimiento, registraron la población sin encontrar
nada que pudiera servirles.
En
el registro, un bermeano encontró en
una choza la imagen del Niño Jesús (al que llamarían Invención del Niño Jesús, y que actualmente está en la iglesia que
posteriormente construyeron los agustinos en Cebú) y que debía de proceder de
alguna expedición anterior. Legazpi mandó iniciar los trabajos del fuerte, que
comenzaron con el trazado del mismo el 8 de mayo. Ante estos hechos, el rey
Tupas acompañado por Tamuñán, se presentó a Legazpi que los recibió en su barco
La Capitana para acordar la paz.
Se
fundaron los primeros asentamientos españoles: la Villa del Santísimo Nombre de
Jesús y la Villa de San Miguel, hoy ciudad de Cebú, que se convertiría en la
capital de las Filipinas y en base de la conquista de las mismas.
Legazpi
envió a su nieto Felipe de Salcedo de vuelta a México y llevó de cosmógrafo a
Urdaneta, que informó del descubrimiento de la ruta de navegación por el norte
del Pacífico hacia el este, y se opuso a su conquista al caer dentro de los
dominios asignados a los portugueses. Éstos mandaron una escuadra a la recién
fundada Villa de San Miguel, pero fue rechazada en dos ocasiones, en 1568 y
1569.
Como
respuesta a la expulsión española de las Molucas, el rey Felipe II decidió
mantener el control sobre las Filipinas. Para ello nombro a Legazpi gobernador
y capitán general de Filipinas y envió tropas de refuerzo.
En
Cebú, Legazpi tuvo que hacer frente a un levantamiento de algunos de los
gentilhombres, que acabaron derrotados y en la horca.
En
1566 llegó el galeón San Gerónimo
desde México con lo que quedó definitivamente confirmada ala ruta. En 1567,
2.100 españoles, los soldados mexicanos y los trabajadores llegaron a Cebú por
órdenes del rey. Fundaron una ciudad y construyeron el puerto de Fortaleza de
San Pedro, que se convirtió en su puesto avanzado para el comercio con México y
la protección contra rebeliones nativas hostiles y los ataques de los
portugueses, que fueron definitivamente rechazados. Las nuevas posesiones
fueron organizadas bajo el nombre de islas Filipinas.
La
cuestión religiosa quedó en manos de los agustinos dirigidos por fray Andrés de
Urdaneta.
La
conquista siguió por las islas restantes. Panay (donde estableció su nueva
base), Masbate, Mindoro y finalmente Luzón, donde encontró la gran resistencia
de los tagalos.
FUNDACIÓN DE MANILA
La prosperidad del asentamiento de Maynilad
atrajo la atención de Legazpi en cuanto tuvo noticias de su existencia en 1568.
Para su conquista mandó a dos de sus hombres, Martín de Goiti y Juan de
Salcedo, en expedición al mando de unos 300 soldados. Maynilad era un enclave
musulmán situado al norte de la isla de Luzón, dedicado al comercio.
Salcedo
y Goiti llegaron a la bahía de Manila el 8 de mayo de 1570, después de haber
librado varias batallas por el norte de la isla contra piratas chinos. Los
españoles quedaron sorprendidos por el tamaño del puerto y fueron recibidos
amistosamente, acampando por algún tiempo en las proximidades del enclave. Al
poco tiempo se desataron incidentes entre los nativos y los españoles,
produciéndose dos batallas, siendo derrotados los nativos en la segund de
ellas, con lo que el control de la zona pasó a manos españolas después de los
correspondientes protocolos y ceremonias de paz, que duraron hasta tres días.
Fue el Rajá Matanda quien entregó Mynilad a López de Legazpi.
Legazpi
llegó a un acuerdo con los gobernantes locales, Rajá Sulimán, Matanda y
Lakandula. En el mismo se acordó fundar una ciudad que tendría dos alcaldes,
doce concejales y un secretario. La ciudad sería doble, la intramuros, española
y la extramuros, indígena.
Con
la conquista de Maynilad se completó el control sobre la isla de Luzón, a la
que Legazpi llamó Nuevo Reino de Castilla, Reconociendo el valor estratégico y
comercial del enclave, el 24 de Junio de 1571 fundó la Siempre Leal y Distinguida Ciudad de España en el Oriente de Manila
y la convirtió en sede del gobierno del archipiélago y de los dominios
españoles del Lejano Oriente.
La
edificación de la ciudad -dividida en dos zonas, la de intramuros y la de
extramuros- se debió a la real orden que Felipe II emitió desde el monasterio
de San Lorenzo del Escorial el 3 de julio de 1573, y en la que se planificaba
la zona de intramuros al estilo español de la época, con carácter defensivo
según planos de Herrera, arquitecto de El Escorial, y dejando extramuros para
las aldeas indígenas que más tarde darían lugar a nuevos pueblos y acabarían
con el tiempo integrando la urbe de Manila.
Cuatro
años después de su fundación, Manila sufrió un ataque a manos del pirata
chino Lima-Hong. El gobernador Guido de
Lavezares y el maestre de campo Juan de Salcedo, al mando de 500 españoles
expulsaron a la flota mercenaria chino-japonesa.
MUERTE DE LEGAZPI
Después
de proclamar a Manila capital del archipiélago de las Filipinas y de los
dominios españoles del Lejano Oriente, López de Legazpi trasladó allí su
residencia.
Permaneció
en Manila hasta su muerte el 20 de agosto de 1572.
Legazpi
murió de un ataque al cerebro y en una precaria situación económica, sin saber
que el rey Felipe II ya había firmado una cédula real por la que le nombraba
Gobernador Vitalicio y Capitán General de Filipinas y le destinaba una paga de
dos mil ducados.