Fue un cartógrafo, geógrafo y viajero hispanomusulmán que vivió y desarrolló la mayor parte de su obra en la corte de Roger II de Sicilia, establecida en Palermo.
Nació en Ceuta, entonces perteneciente al Imperio almorávide, de familia noble de hammudíes de Málaga y el rey Idris II. Su familia abandonó Málaga al caer ésta en manos del reino de Granada en 1057. Educado en Ceuta, se trasladó después a Córdoba, una tradición que se ve confirmada por su detallada y entusiasta descripción de esa ciudad en su geografía. Por este trabajo sabemos que conocía bien su país, Al Ándalus, desde Lisboa a las minas de Andalucía.
No se sabe exactamente cuándo lo invitó Rogelio II de Sicilia, o cuándo llegó Idrisi a Sicilia, pero su primer encargo para el rey normando fueron una esfera celeste y un disco que representa el mundo conocido de su tiempo, ambas en plata.
En 1154, Al-Idrisi confeccionó un gran mapamundi orientado en sentido inverso al utilizado actualmente (el norte abajo y el sur arriba), conocido como la Tabula Rogeriana, acompañado por un libro, denominado Geografía. El rey siciliano dio a estas obras el nombre conjunto de Nuzhat al-Mushtak, aunque Al-Idrisi las bautizó como Kitab Ruyar ("El Libro de Roger").
En 1161, Al Idrisi realizó una segunda edición ampliada, con el notable título de Los jardines de la humanidad y el entretenimiento del alma, pero todas sus copias se perdieron. Una versión abreviada de esta edición, llamada Jardín de los Gozos, aunque más conocida como Pequeño Idrisi, se publicó en 1192.
EL LIBRO DE ROGER
El Libro de Roger o Kitab Ruyar, que muestra el mundo dividido en siete regiones climáticas, facilita las distancias entre las ciudades principales y describe las costumbres, las personas, productos y clima del mundo conocido. No es una fuente histórica perfecta, ya que Al-Idrisi, siguiendo la costumbre de aquella época y de siglos posteriores, se basó en otras fuentes. Por ejemplo, combinó la descripción de Polonia con la del territorio de la actual República Checa, pues escribió acerca de "un país rodeado por montañas".
La principal inspiración de Al-Idrisi fueron sus dos amantes de la era preislámica: Paulo Orosio, un español cuya historia popular, escrita en el siglo V, incluía un volumen de geografía descriptiva, y Claudio Ptolomeo, el mayor de los geógrafos clásicos, cuya Geografía, escrita en el siglo II, se había sido perdido totalmente para Europa, pero se había conservado en el mundo musulmán en una traducción árabe.
Su método de trabajo, aparte de la visita directa a los lugares descritos, fue, tras el examen en detalle de la distribución geográfica de las obras reunidas por el rey de Sicilia, como isla del mar Mediterráneo central y lugar comercial por excelencia, constituía un lugar ideal para la investigación por sus puertos y población cosmopolita. Durante años cada vez que un buque atracaba en Palermo, Mesina, Catania o Siracusa se interrogaba a su tripulación y pasajeros acerca de los lugares que habían visitado: ¿Cuál es el clima del país, sus ríos y lagos, las montañas, las configuraciones de las zonas costeras y el suelo? ¿Cuál de sus carreteras, edificios, monumentos, los cultivos, la artesanía, las importaciones, las exportaciones y las maravillas? ¿Cuáles son, finalmente, su cultura, la religión, las costumbres y el idioma? Además de ello se enviaron expediciones científicas a las zonas en que se carecía de información.
RELEVANCIA
Al Idrisi fue el principal geógrafo medieval, y recopiló una cantidad de información geográfica incomparable. Además sostuvo la teoría de la esfericidad de la Tierra, y aunque sus mapas tenían forma de disco, explicó que el disco meramente simbolizaba la forma del mundo: "La tierra es redonda como una esfera, y las aguas se adhieren a ella y se mantienen en ella a través de equilibrio natural que no sufre variación". Como sugiere su comentario,
Su relato de la travesía de la Maghrurin u "Hombres engañados" de Lisboa en el Atlántico (un viaje en el que probablemente visitaron Madeira y Canarias) influyó probablemente en las travesías posteriores de españoles y portugueses hacia América y alrededor de África, respectivamente. Al Idrisi compartía el temor contemporáneo hacia el Océano Atlántico como oscuro, frío e interminable, lo que se fundaba en que, además conocería el tamaño de la tierra, ya medido por Eratóstenes, y por lo tanto la distancia a Asia por el oeste.
MUERTE
No existe constancia acerca del lugar de su muerte. Podría ser su ciudad natal, Ceuta, pero también pudo haber sido algún sitio en Sicilia. En 1138, Al Idrisi había sido invitado por Roger II a Palermo porque allí estaría a salvo de los reyes musulmanes, celosos de la procedencia de Al Idrisi, perteneciente a la casa del Califato según una expresión atribuida al propio Roger II de Sicilia. Existe cierto consenso entre los investigadores respecto a que permaneció en Sicilia hasta el fallecimiento de Roger II en 1154 y es probable que se haya quedado allí hasta su propia muerte. Otras fuentes indican que retornó a Ceuta.